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EL REFERENTE ANDROCÉNTRICO

1. Introducción

2. El referente androcéntrico una variante del salto semántico.

2.1 Características compartidas

2.2. Mismos mecanismos

2.2.1. Contextuales o extralingüísticos

2.2.2. Mecanismos lingüísticos

2.3. Cómo se produce el referente androcéntrico

3. Análisis de “Selectividad”

4. Análisis de “Batallas” 

5. Conclusión. Ejemplos de referentes inclusivos.

 

 

1. Introducción

En el discurso patriarcal, el varón no se plantea a sí mismo como una singularidad sexuada, se concibe como humano sin más, como representación de la especie homo. La mujer no es concebida por el patriarcado en relación al sexo masculino sino en relación al hombre-varón convertido en lo humano absoluto. Él es lo Uno, la mujer es “lo Otro”. Este solapamiento de lo masculino con lo humano da lugar a una definición de lo genéricamente humano afectada por la parcialidad, al equipar el sujeto de la experiencia al yo masculino. Es el androcentrismo, la visión del mundo masculina que se presenta como una mirada universal y objetiva que representa la humanidad (Ver Teoría Crítica Feminista)

 El androcentrismo está presente en las elaboraciones teóricas de la ciencia, el arte, la filosofía, la religión, etc. y también como fenómeno sexista en el uso de la lengua.Insistimos, sin embargo, en la distinción entre el contenido de un discurso --lo que se dice-- y la forma --cómo se dice--.Porque, aunque el problema es similar, lo que aquí estamos analizando no son los contenidos sino los mecanismos lingüísticos que lo producen en el uso del lenguaje. Que ‘en el ámbito doméstico cada varón es un pater familias, legitimado por naturaleza para detentar la autoridad’ (Rousseau, Discurso sobre economía política) es androcentrismo de contenido, el qué se dice, que no se debe confundir con lo que llamamos referente androcéntrico (Catalá Gonzálvez y García Pascual 1993), que, como veremos, señala la forma androcéntrica, el cómo se dice, en la que se construye un discurso. 

 

2. El referente androcéntrico una variante del salto semántico.

El referente androcéntrico y el salto semántico comparten las mismas características y en ambos fenómenos lingüísticos sexistas intervienen los mismos mecanismos.Pero difieren en la forma en cómo se produce cada uno de ellos.

 

2.1. Características compartidas

- Son fenómenos que los hablantes producen en discursos con un referente universal, neutro en cuanto a los sexos.

- Se pueden observar en el uso de la lengua. Son de tipo discursivo, afectan a la coherencia y cohesión. 

 

2.2. Mismos mecanismos 

 

2.2.1. Contextuales o extralingüísticos

El contexto global: las estructuras sociales, culturales, históricas en las que se produce e interpreta el discurso: el patriarcado que asigna categoría de humano a lo masculino, que relega a la mujer a la alteridad, la diferencia. Esta estructura social y de pensamiento tiene un reflejo en los usos de los hablantes (Ver marco teórico, Teoría Crítica feminista).

El contexto comunicativo de un texto se halla inmerso en ese contexto global del cual participan los usuarios del lenguaje con su conocimiento del mundo o Enciclopedia (Eco). Y ese conocimiento del mundo está impregnado de androcentrismo, la equiparación del sujeto de la experiencia al yo masculino.

- En el conocimiento del mundo los hablantes poseen modelos mentales que les ayudan a elaborar y comprender un mensaje. En otras palabras, la representación cognitiva de la realidad a la que no es ajena la ideología, valores, creencias etc. Por ejemplo, si se da información sobre el espacio público, el modelo mental puede incluir un sesgo androcéntrico. Los modelos mentales no son individuales, son un constructo  social compartido porque de otro modo no podríamos hacer efectiva la comunicación.

 

2.2.2. Mecanismos lingüísticos

- Un hablante construye un referente sobre un colectivo mixto en cuanto al sexo, el sujeto del discurso, quien así lo determina es la adecuación del texto al contexto comunicativo.

- Ese anclaje en la situación comunicativa requiere que el referente construido tenga su reflejo en la coherencia del texto (Bernárdez, 1982 / Van Dijk, 2000), en los elementos semánticos que de él se predican, en su desarrollo.

- Y que el mantenimiento de ese referente se manifieste en la cohesión del texto mediante mecanismos léxicos y gramaticales que aseguran la correferencia.

 

Es decir, los modelos mentales para construir e interpretar una información son los que se manifiestan en la coherencia global de un texto, es decir, en el tema o asunto que trata.El conocimiento que tienen los hablantes de las reglas gramaticales, discursivas, del significado está impregnada por la cognición sociocultural en la que está presente la ideología patriarcal. Por ello, la comunicación no fracasa, hay una colaboración inferencial basada en esa cognición sesgada de los usuarios del lenguaje. 

 

2.3. Cómo se produce el referente androcéntrico

En los dos fenómenos lingüísticos sexistas el enunciador construye un tema que apela a un sujeto universal, neutro en cuanto a los sexos. En el salto semántico se introduce una palabra (o varias) que excluye a las mujeres de forma lingüísticamente explícita del enunciado universal construido previamente. Ese enunciado genérico en cuanto al sexo deja de serlo y se crea uno nuevo que se refiere solo a varones.

En el referente androcéntrico, el sentido genérico se restringe mediante los elementos semánticos que se predican del sujeto del discurso, por ser características de lo masculino y porque no forman parte de lo femenino. En este caso, la exclusión de las mujeres no es lingüísticamente explícita, es menos grosera que en el salto semánticoy por lo tanto más sutil.

Veamos cómo se produce el fenómeno sexista de la referencia androcéntrica. Y cómo su causa, no está en doble uso del género gramatical masculino, como suele sostenerse sin fundamento. ¿Acaso la construcción androcéntrica del discurso histórico, por ejemplo, tiene sus raíces en el género gramatical?

 

 

3. Análisis de “Selectividad”

Texto perteneciente al ámbito de uso de los medios de comunicación, periodismo escrito (El País), cuyo género es una columna de opinión.

Se publica en junio de 1991 en España. En esa fecha los aspirantes a universitarios hacen la prueba de la Selectividad.

Selectividad

Joaquín Vidal, 

El País, 11 de Junio de 1991

 

Miles de muchachos se están jugando en estos momentos su futuro. Sin haber hecho la mili siquiera, sin dejar de jugar a las chapas aún muchos de ellos, los resultados que obtengan en el examen de selectividad decidirán si van a ser el día de mañana aquello a lo que les inclina su vocación. Miles de muchachos cuya vocación por la medicina han demostrado desde su más tierna infancia, pues siempre estaban estudiando anatomía con las amiguitas de su hermana; miles de muchachos cuya vocación por la abogacía han demostrado desde su más tierna infancia, pues siempre estaban embarullando a la pandilla; miles de muchachos cuya vocación por el periodismo han demostrado desde su más tierna infancia, pues siempre estaban recopilando periódicos para venderlos al peso, dependen de su nota en el examen de selectividad para que el aspirante a médico sea eso o licenciado en románicas; el aspirante a abogado, eso o solícito ATS; el aspirante a periodista, eso o aviador, y si tampoco, auxiliar de vuelo en parapente.

Las autoridades académicas sostienen que en determinadas facultades y escuelas técnicas no hay plazas para tanto candidato y procede su selección, de manera que sólo los muy estudiosos, o muy memoriones, o muy expertos en el noble arte de elaborar chuletas, puedan entrar en ellas, y proponen al resto que vaya allá donde no exista tanta demanda. De donde se deduce: a) que aquellas facultades y escuelas darán los licenciados vocacionales que el país necesita; b) que las restantes darán licenciados inservibles, pues les trae sin cuidado su licenciatura; c) que miles de muchachos decidirán toda la vida que tienen por delante cuando aún no han vestido el caqui y están jugando a las chapas; d) que la selectividad habrá hecho un pan como unas obleas.

 

El enunciador propone en el título el tema del artículo, la prueba de Selectividad que da acceso a los estudios universitarios. Este tema apela directamente al sujeto del discurso: los estudiantes. 

Esta enunciación es claramente genérica, neutra en cuanto a los sexos. Veamos las razones:

  • Los deícticos de tiempo, junio de 1991, y espacio, en España, que anclan el discurso en una situación comunicativa determinada: la Selectividad es una prueba obligatoria, por ley, tanto para mujeres como para varones. Y según las estadísticas de ese año acceden a ella más mujeres. Esta adecuación del texto al contexto es la propiedad discursiva que concreta el referente. 

  • Hecho corroborado por la primera frase del texto: Miles de muchachos se están jugando en estos momentos su futuro. Esta idea contextualiza el tema: en primer lugar se alude a los protagonistas “Miles de muchachos” y, a continuación, “estos momentos” hace referencia al presente del autor compartido por el lector y que está actualizado por la fecha del periódico; 

 

Sin embargo, en la siguiente frase del texto este referente universal en cuanto a los sexos se restringe Sin haber hecho la milisiquiera, sin dejar de jugar a las chapas.

Dicha restricción rompe la coherencia del discurso al excluir a las mujeres. En 1991, en España, la mili era obligatoria solo para los varones. La violación de la coherencia se da en el nivel pragmático, pues la relación semántica, como apunta Bernárdez, debe ser un reflejo de de las relaciones existentes en la realidad, y en aquella realidad de 1991, las mujeres no hacían la mili. Pero también la compatibilidad semántica en su manifestación textual es condición necesaria para la coherencia.

De este modo, el referente enunciado como universal se restringe y se identifica con lo masculino. Se aduce que la causa está en el uso del género gramatical masculino ‘muchachos’ que conduce a pensar siempre en varones. Pero, es un fenómeno discursivo, no gramatical. Veamos en el siguiente ejemplo otro referente androcéntrico en el que el gg masculino no está involucrado. 

 

 

4. Análisis de Batallas

Columna de opinión publicada en El País en marzo de 2016.

 

BATALLAS

 

Manuel Vicent. 

13 MAR 2016

La generación que llegamos a este mundo entre la Guerra Civil y el final de la autarquía en 1960, sobrevivimos de milagro al parto de nuestras madres, que apenas se cuidaron durante el embarazo. Crecimos bajo la amenaza del infierno y de la represión moral, pero entonces las puertas de las casas, incluso de noche, nunca estaban cerradas con llave. Dormimos en colchones de borra o de lana apelmazada y sobre ellos soñábamos con El Hombre Enmascarado; bebíamos agua pura de la fuente y jugábamos todo el día en la calle con patinetes, arcos y flechas que habíamos fabricado con nuestras manos; hacíamos la guerra a pedradas contra la pandilla contraria y si volvías herido a casa nadie te regañaba, pero la idea de que tu padre se enfrentara en tu defensa al maestro, al párroco, al alcalde o al policía era impensable; nuestras madres nos bañaban en un barreño con agua caliente una vez a la semana en invierno, pero en verano íbamos al río o a la playa en una bicicleta en cuyos radios habíamos colocado una carta de la baraja, a menudo el as de oros, para que sonara a motor. Siempre entrábamos sin llamar en casa de un compañero con el que nos iniciamos en el sexo bajo los limoneros y compartíamos nidos y nombres de los pájaros, tebeos y gusanos de seda con aquel niño silencioso cuyo padre estaba en la cárcel o había sido fusilado. Esta generación nacida durante la autarquía franquista consiguió romper los hierros de la dictadura y entre la libertad conquistada y la corrupción sobrevenida, ha dado a este país, pese a todo, grandes científicos, líderes empresariales y artistas internacionales. Ahora desde la altura del tiempo contempla el paso de la juventud airada sin adivinar hasta dónde llevará a este país la cólera social y puesto que el pasado no parece servir de nada, se limita a contar a sus nietos estas lejanas y perdidas batallas.

 

Tema. Este texto trata sobre quien fue y lo que hizo una generación de españoles, nacidos en los años de la dictadura, durante su infancia y edad adulta. El texto concluye con la tesis de que pasado el tiempo se dedica a contar batallas, idea que da título a esta columna de opinión. 

 

El sujeto del discurso se enuncia en la primera frase La generación que llegamos a este mundo entre la Guerra Civil y el final de la autarquía en 1960, es universal, neutro en cuanto al sexo por:

  • El vocablo ‘generación’ es un femenino generalizador.

  • El contexto en que se usa lo deja patente, entre los dos momentos históricos a los que alude el texto nacieron más mujeres que varones.

  • El uso de verbos en primera persona del plural ‘llegamos’, ‘sobrevivimos’, ‘crecimos’, ‘dormimos’ etc. implica que el periodista no solo se incluye a sí mismo sino también al lector con el objeto de hacerlo cómplice de esa historia. El lector modelo de El País incluye a más mujeres que varones.

  • Las ideas que se predican de ese sujeto en las primeras líneas: sobrevivir a un parto, la amenaza del infierno, la represión moral, los colchones de borra son un contexto en el que vivieron mujeres y varones.

 

El autor sigue narrando los hechos de aquella generación que, por ser masculinas en aquel momento, excluyen a las mujeres: leer ‘El hombre Enmascarado’, jugar con patinetes arcos y flechas, hacer la guerra a pedradas contra la otra pandilla, poner en la bicicleta una carta de la baraja etc. Estas predicaciones del sujeto del discurso convierten el ‘nosotros’, ‘la generación que….’, referente universal, en un referente androcéntrico. 

 

5. Conclusión. 

Es la posición hegemónica que tienen los varones en la sociedad y la mirada androcéntrica que la acompaña, la que produce que un discurso con una intención comunicativa universal, tenga un enunciado que excluye a las mujeres de esa universalidad. ¿Qué hacer? 

  • Denunciar la parcialidad de estos discursos, invocando a la universalidad, no renunciando a ella.

  • Impedir la apropiación de lo genéricamente humano por parte de los varones, restaurando la universalidad.

 

  • Construir un sujeto humano sin adscripciones genéricas, un discurso universal neutro en cuanto a los sexos.

  • Crear un referente universal en los discursos universales. No utilizar nuevos significantes (sean palabras neutras, de nueva creación o duplicaciones), sino cambiar los significados, ver mujeres detrás de las palabras. Crear un referente que incluya mujeres y varones,una visión inclusiva de la experiencia humana en su totalidad.

 

Ejemplos de referentes inclusivos:

"El público que conecta el televisor y le da la espalda para bañarse, afeitarse, hacer gimnasia, rezar sus oraciones... el que deja de cuidar amorosamente el guiso para quedarse prendido, estático, inmóvil ante el serial infinito como la vida misma." (F. Fernan Gómez, El País Semanal, 20 de enero de 1991).

"Uno es lo que fue, y lo que sueña ser y lo que teme ser. Desde muy niños jugamos a ser otros; vaquero, india exploradora, hada madrina, policía. De mayores fingimos que lo somos. Por eso gustan las películas, por eso se necesitan las novelas porque uno se mete, pasajeramente, en el pellejo de algún prójimo" (Rosa Montero, El PaísSemanal, 14 de febrero de 1993).

"A los enfermos (de anorexia) se les cae el pelo, se les retira la regla, se les descalcifican los huesos hasta el punto de disminuir de altura varios centímetros..." (Rosa Montero, El País semanal, 25 de mayo, 1997)

“En algunas ocasiones ha sido la propia sociedad la que ha ocultado y dificultado la labor de sus científicos, como en el caso, particularmente de las mujeres. Como decían en aquel programa de televisión: ¿por 25 pesetas, mencione el nombre de mujeres científicas anteriores a Marie Curie, como, por ejemplo, Hipatia de Alejandría. Uno, dos y tres, ¡responda otra vez!” (El experto: Marta G. González, Público, 27 de agosto 2011).

(El miedo del pasajero vecino a los aviones) “Puede que su palpable pánico nos contagie y aumente nuestra natural inquietud, y que acabemos el vuelo con la ropa tan arrugada y despeluchados como nuestro vecino o vecina: las medias con carreras, la corbata torcida y desanudada, la falda en el ombligo, el pelo como si hubiéramos viajado en un descapotable a toda velocidad”. (Javier Marías, El País, 27 enero 2013).

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